Hola de nuevo, aquí tu asesora sobre psicología de la inversión. Empecemos por de dónde sale esto de la economía conductual.
La economía conductual
La economía conductual cobró especial relevancia con ocasión de la concesión en el 2002 del Nobel de Economía al catedrático de psicología de la Universidad de Princeton, Daniel Kahneman y en 2017 al economista Richard H. Thaler por su trabajo sobre psicología económica. Estos trabajos nos confirmaban que no somos tan racionales y lógicos como querríamos. El ideal del Homo economicus quedó destrozado. Para siempre. Fin. No éramos los seres lógicos que la economía tradicional había crudo. Y por eso, aunque no te guste aceptarlo, en muchas ocasiones estamos tomando decisiones pretendidamente racionales y en realidad están totalmente afectadas por los muchos sesgos cognitivos y emocionales que tenemos. Y de ahí la explicación de una gran parte de los errores de inversión cometidos. Sino de todos. La mayor parte de los grandes gestores reconocen esto. Por eso son grandes.
Os remito a la Newsletter anterior y al tema del sistema 1 y el sistema 2. Pero por si estáis vaguetes después de las fiestas, os hago un breve recordatorio:
El Sistema 1 (pensamiento rápido) que opera de manera rápida y automática con poco o ningún esfuerzo y sin sensación de control voluntario. Este es el que lamentablemente toma la mayor parte de decisiones de inversión.
El Sistema 2 (pensamiento lento) que se centra en actividades mentales que demandan esfuerzos, incluidos los cálculos complejos. Y este se lo mira con paciencia al 2, con un “te lo dije” susurrado entre dientes. Porque recordad, al 2 hay que llamarlo, no suele aparecer por gusto.
5 sesgos +1 a evitar en el 2021
Hoy os voy a hablar de cinco de ellos (hay más de 300 sesgos, pero mejor poco y útil que mucho y sin utilizar). Estoy segura que los conocéis pero quiero que os los grabéis a fuego, los pongáis en un lugar visible y que no toméis ni una sola decisión económica sin pasar la checking list de si os están afectando. Os vais a sorprender de cómo están ahí, disimulados pero insidiosos.
Sesgo de Confirmación
Tomas una decisión y a partir de ese momento sólo tienes en cuenta la información que te la refuerza, de hecho la buscas de forma selectiva y descartas el resto. Tratas todo el tiempo de corroborar tus ideas previas. Esto vale para cualquier decisión en la vida, no solo de inversión.
Ventaja: Si has seguido los pasos adecuados para tomar la decisión (lo hablamos en la anterior newsletter) es perfecto que te aferres a ella. Sin pasarse obviamente, no hay nada escrito en piedra. Pero de lo que no se trata es de estar cambiando de opinión cada poco porque la acabas liando seguro. Si seguiste bien los pasos, está bien permanecer.
Inconveniente: si la decisión inicial ya la tomaste sesgada, lo cuál es muy probable, estás en un buen lío porque cada vez te estás escorando más hacia el error cometido y te va a resultar más difícil salir del atolladero. cada nueva información sesgada corrobora más el error cometido.
Sesgo de Anclaje
El sesgo de anclaje más típico de la inversión es el valor de entrada. Si por poner un ejemplo, entras en una acción a 10 €, porque en el pasado estuvo a 15€ o a 20€ y crees que va a volver a ese precio, estás anclado entre esos 15-20€. Lo mismo puede pasar con la rentabilidad pasada de un fondo. Y si ese dato, el de la rentabilidad pasada, es el que has visto en primer lugar, aún puede ser más fuerte el anclaje y desconsiderar otras variables importantes a tener en cuenta (riesgo, diversificación, comisiones, volatilidad, etc.).
Es el efecto típico de la rebajas. El artículo en cuestión te parece barato porque tomas en cuenta el precio antes de la rebaja. Pero si no te es útil o necesario, da igual cuanto de rebajado esté, es caro.
Ventaja: la única ventaja que tiene es tener un valor de referencia, pero si te quedas enganchado a él puedes caer en otros sesgos como la aversión a la pérdida o los costes hundidos.
Inconveniente: no querer creer que rentabilidades pasadas no aseguran rentabilidades futuras. Desconsiderar los muchos otros aspectos implicados además de ese valor de referencia.
Sesgo de Prueba social o efecto manada
Es el típico error que se comete cuando en temas que a lo mejor no tienes una idea bien formada o suficientemente definida, te dejas llevar por lo que hacen los demás. Además con la cantidad de ruido o infoxicación que hay, puedes estar siendo influido por una percepción falsa. Es posible que los demás que no estén haciendo lo que dicen. A lo mejor no todo el mundo está comprando Bitcoins aunque ahora lo parezca. Por poner sólo un ejemplo.
Ventaja: si te das cuenta de que hay muchas personas arrastradas por el efecto manada o lo que también se llama, el consenso, puedes estudiar bien el tema y tratar de posicionarte en el otro lado.
Inconveniente: es tremendamente difícil sustraerte de lo que los demás están haciendo. En un mundo tan complicado como el de la inversión, en donde todos parecen forrarse menos tú, es muy fácil caer en ese arrastre social.
Sesgo de Aversión a las pérdidas
Esta es el padre y la madre de todos los sesgos. No nos gusta perder. Nada. Por eso las perdidas pesan más que las ganancias. Es una relación de 1 a 4 aproximadamente. Nos da 1 de satisfacción ganar y 4 de insatisfacción perder. Ganar es un súper subidón. Y más si es una cantidad sustanciosa de golpe. Perder, incluso una cantidad menor, es un bajonazo terrible.
Ventaja: Por la cuenta que te trae y lo mal que lo pasas cuando pierdes, vas a procurar no hacerlo. Y eso cuando hablamos de invertir está muy bien. Te va a activar una alerta que puede impedir que se vaya todo tu dinero por el desagüe.
Inconveniente: esa incomodidad tan grande que supone perder puede hacer que mantengas una inversión con mínimas perspectivas de recuperación y en ese empeño acabes perdiendo más de lo que lo hubieras hecho si hubieses vendido a tiempo (aún con perdidas) y en el peor de los casos puedes perderlo todo.
Sesgo de Descuento hiperbólico
Nuestro cerebro, por muy bien entrenado que esté tiene tendencia a buscar la recompensa inmediata más que la de largo plazo. Incluso en el caso en que esa recompensa inmediata sea menor de la que podríamos conseguir al cabo de un tiempo. Ya sabéis aquello de más vale pájaro en mano…
Ventaja: en la vida puede darte algunas alegrías este sesgo, aunque también problemas de todo tipo (comer demasiado, beber más de lo que querrías, postergar el ejercicio…). En la inversión solo te sirve para detectar alguna oportunidad sustanciosas que se te hubiera escapado.
Inconveniente: Pero incluso cuando detectas esa oportunidad eso puede hacer que te estés alejando de tus objetivos de inversión . Meeeec. Error. Si habías hecho bien los deberes previos, te has marcado unos objetivos en bases a tu perfil y lo que quieres obtener ir cambiando de opinión y metiendo el dinero aquí y sacándolo de allá puede arruinarte todo el plan. Y tu bolsillo.
Y el Bonus, sesgo de confianza
Cuando empiezas a saber bastante de algo, lo has estudiado, analizado, etc. puedes empezar a sentirte confiado al respecto de tus conocimientos. Y eso está bien y es el objetivo que se persigue, ser competente en algo. Pero no has de olvidar que el mundo de la inversión es muy amplio y complejo y hay muchos factores que no podemos controlar por mucho que hayamos estudiado y analizado una posición. Por eso sin caer en la inseguridad hay que también tener cuidado con pasarse de listo. Porque muchas veces los errores vienen de un exceso de confianza no basado en los datos objetivos sino en una especie de palpito o intuición interna. Y puede ser correcta, pero también un bluf. Así que asegúrate de no estar cayendo en un ataque de soy el gurú de la inversión. Hasta el más listo se equivoca. No te alejes de tu sistema y de tus objetivos por una corazonada.
Como ya te he dicho hay muchos más sesgos y estoy casi segura de que estos los conocías. Pero igual de segura estoy de que la mayoría de las veces no te acuerdas de pasar tus decisiones por el filtro. Por eso mi propuesta es que por lo menos este año, no tomes ni una decisión que no haya pasado estos cinco + uno filtros. Y que no siga tu plan establecido de antemano. A ver al final del año si eso reporta en un mejor resultado. Sin hacerte trampas al solitario, por favor. Confío en tu palabra.
Y si tienes dudas de cómo aplicar estas y otras estrategias en tu caso puedes contratar mis servicios de Coaching para inversores.
También he creado un apartado en Amazon con libros recomendados para aprender de inversiones y finanzas personales.
Me despido aquí y no olvides que todo esto va de que mejores tu economía y de que el dinero sea un medio y no un fin en sí mismo, un medio para tener la vida que deseas.
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Mertxe Pasamontes
Psicóloga de Wall Street